LOS EXPLORADORES DEL AZUL

la vitacora del viaje:

La tristeza profunda de la perdida que he vivido ha hecho que durante los últimos dos años invada cada uno de los poros de mi cuerpo con un dolor que cala y rompe.  Esa pena quema como la llama azul titilante de la hoguera que no se apaga. Este suplicio en el que sobrevivo ha causado estragos no solo en mi cuerpo que se marchita, sino también en mi corazón y en mi alma.  Ha hecho que el pasado y el presente se fundan en un túnel oscuro del que no he podido salir.  El reloj de arena se ha detenido en un espacio mustio, azulado, donde todo flota en un aire frio y vacío.  He buscado mil maneras para poder sobre llevar este duelo profundo que me ha transformado en un ser que vaga por el mundo.

Exploro diversos medios para encontrar consuelo y sanción en lo cotidiano, en lo mundano, en lo material, pero mi cura no está aquí. Ahora me adentro en lo etéreo de mi mundo interior, que plasmo con mi arte.  Allí navego por los océanos de los sueños lúcidos, por los ríos de la meditación, en el espacio infinito de mi subconsciente.   Haciendo que mi consciencia tome el timonel de lo divino que habita en mí y exploro el universo eterno.  Y allí floto, descanso, me rindo a la paz que encuentro en el azul. Espero paciente, en la quietud de mi ser superior, que el cosmos y sus seres perfectos me guíen, me cobijen, me consuelen, me enseñen, me amen. En ese camino, de explorador del azul espero poder conquistar mi pequeñez humana, para liberar mi espíritu y comprender el plan perfecto que me espera.

 

Primer Viaje:

Exploración interna

Sin querer, de un solo empujón, me he embarcado en el viaje más complejo de mi existencia.  Navego sin rumbo fijo entre la desolación del mar de la tristeza y las olas de las preguntas sin respuestas.

El aire gélido del mar del desconsuelo me sofoca. La tormenta interminable quiebra mi alma, la vuelve de hielo. Parte mi interior en mil cristales que nunca más podrán volver a unirse. La calidez y luz de mi corazón desaparecen.

Navego a ciegas en profunda oscuridad, toco puertos donde encontrar la razón para la tragedia, donde pedir ayuda al naufragio de mi ser, pero no encuentro un lugar seguro donde amparar mi llanto.

En esta soledad y tristeza que nadie comprende, me arrimo a lo único que me queda, mi interior.  Y allí, en ese pequeño espacio, donde todavía titila una pequeña lámpara, encuentro grandeza, encuentro calma, encuentro divinidad.

Allí me refugio. Allí inicio el viaje.

Primer viaje: Exploración interna I

Primer viaje: Exploración interna II

Primer viaje: Vértice de la proyección interior I

Vértice de la proyección interior

Para inicial el viaje hay que respirar profundamente, llenar por partes los pulmones, contener la respiración y exhalar. Con varias repeticiones podremos rendirnos y empezar a conocer nuestra luz interior que todo lo ilumina.

Primer viaje: Vértice de la proyección interior II


segundo viaje:

El portal de los sueños

Al abordar el barco de los sueños, todo es posible y me hundo en lo más delicioso de lo onírico, allí existo sin ataduras, sin dolor, sin pena.  Abandono mi cuerpo y viajo en espíritu a lo sublime de lo etéreo que me llena y existo por instantes divinos en el infinito.

El Portal de los sueños

Mas alla del alma

Y alli, es el lugar donde la luz vence a la oscuridad, allí no hay frio, ni hambre, ni tristeza. Se llega cruzando junto a Sol Invictus, despues de la gran batalla con la muerte. Allí somos luz por siempre.

Mas alla del alma


tercer viaje:

Rios de sabiduría

Rios de sabiduría

Recorrer las aguas profundas y adentrarse en el fluir de lo desconocido, en ese rio de la propia trayectoria. Esa fuente pluvial que surca el interior de mi alma y riega los jardines del conocimiento de lo terrenal, de lo espiritual, de lo divino. Fluye en la meditación que refresca todos mis pensamientos y los lleva al altar de la perfección. A la fuente, al manantial del espíritu divino que habita en mí.



cuarto viaje

Frecuencia del corazón

Imagine una frecuencia que emana de un lugar silencioso de nuestro corazón, una frecuencia que nos conecta con lo divino, con lo intangible, allí donde las almas son una.

Frecuencia del corazón

Frecuencia 639 Hz

La frecuencia del corazón. Llena todo tu ser de amor, resplandor y energía positiva. Transforma tu corazón ansioso en el habitat del amor compasivo, donde siempre estas acompañado por la eternidad de tu espiritu y de los que amas. Ve tu corazón como una flor, fresco, lleno de amor, lleno de fragancia, irradiando esa luz hacia el mundo.



Frecuencia 639 Hz

QUINTO VIAJE

TIERRA INTERIOR

El zumbido de la Tierra

La Tierra está cambiando de frecuencia.

Mira los árboles. Mira las plantas. Mira las flores.

Observa cómo los animales están más conectados con este zumbido.

Cuánto más sensoriales son los animales porque están conectados a este zumbido del suelo, incluso los pájaros que vuelan en lo alto.

Este zumbido en el suelo traerá luz.

Pero primero hay que notarlo. Tienes que tomar conciencia de ello.

Deja que las energías de la Tierra te bañen y te sostengan.

Ellas están ahí para elevarte y limpiarte.

La naturaleza será tu amiga.

Porque la energía en la Tierra se está activando debajo de ella misma.

Algo dentro de ti también se activa de la misma manera que la Tierra interior, no es de extrañar que estés teniendo días o momentos de liberación.

Estás dando paso a un cuerpo más liviano para que sea el recipiente para la perfección de tu ser supremo.

Así estas anclando la luz.

SEXTO VIAJE:

ENCUENTRO

Te encuentro en el éter, donde dejo mi cuerpo y me rindo a la eternidad. Viajo a casa, a la luz divina que nos abraza y nos une por siempre.