Hoy quiero empezar una nueva etapa en este maravilloso proceso de creación de historias por medio de mis fotografías. Quiero que conozcan un poco más de mis ideas, recuerdos y pensamientos que las nutren y alimentan. Cada una de mis obras me han llevado a crecer espiritualmente, me han conducido a conocerme y a expresarme como nunca antes lo había logrado. Muchas veces yo misma me asombro, de donde viene esa chispa de inspiración y de creación.
La fotografía me ha ayudado a cerrar círculos, a vencer a la araña devoradora de sueños que muchas veces hace que estos no se vuelvan realidad. Una araña que se alimenta del conformismo, de la pereza y de la procrastinación.
Voy a empezar a escribir mi blog, espero que semanalmente donde les iré describiendo algunas de mis creaciones, de donde vienen las ideas, la inspiración, los props y las técnicas de post producción.
LA CASA DE LA OMA
DE LA SERIE
VACIO
Mis abuelos maternos, durante la Segunda Guerra Mundial construyeron esta casita, con materiales de segunda mano, por las escasas materias prima. Sirvió de hogar para la mayoría de mis familiares cercanos en algún momento de su vida. Para mí, una niña solitaria, era un lugar maravilloso para jugar, con lugares mágicos, de hadas y personajes ficticios que vivian en cada esquina. Mucha de mi creatividad se desarrolló a la sombra de los pinos y escondites secretos de esta casa.
Después de muchas generaciones, la casa ya no está sus habitantes han muerto o se han ido a hacer sus vidas por otros lados. El tiempo imparable como en todos, dejo su huella. Pero tuve la oportunidad de despedirme de ella. Haciendo una serie de fotografías para recordar esos espacios mágicos en los que viví de niña. Para llenar ese vacío intangible que queda en mí.
Hoy quiero compartir con ustedes la primera de las fotografías de esta serie. Se llama Atrapada en el tiempo, junto con un poema de Jorge Luis Borges. Que la disfruten.
” Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma;
Y uno aprende que el amor no significa acostarse,
y que una compañia no significa seguridad,
y uno empieza a aprender…
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad.
Y uno aprende que si es demasiado
hasta el calor del sol puede quemar.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno es realmente fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende… y así cada día.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro,
significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quién es capaz
de amarte con tus defectos y sin pretender cambiarte
puede brindarte toda la felicidad.
Con el tiempo aprendes que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad,
irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados
y quién no lucha por ellos, tarde o temprano , se verá sólo…
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira
siguen hiriendo durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes a disculpar, cualquiera lo hace
pero Perdonar es atributo sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente,
es muy probable que la amistad nunca sea igual.
Con el tiempo te das cuenta que aún siendo feliz con tus amigos,
lloras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado,
añorarás a los que se marcharon.
Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo…”